Las autoridades aduaneras de Estados Unidos entregaron recientemente al Gobierno mexicano 2.4 millones de dólares provenientes de la venta de crudo robado y luego vendido en la frontera.
Los robos de gasolina, diésel e inclusive combustible de avión desde los ductos de Pemex le han generado millones de dólares de ganancias a los contrabandistas.
El combustible perdido tiene un costo significativo para el país, que importa más del 40 por ciento de la gasolina que consume a pesar de ser uno de los principales productores de crudo en el mundo.
Los criminales perforan los ductos e instalan tomas clandestinas para luego cargar el combustible en camiones cisterna.
La mayor parte del combustible es vendido a dueños de gasolinerías y propietarios de empresas con grandes flotas de vehículos.
Pemex con frecuencia localiza las tomas clandestinas e incauta los camiones con el combustible robado, pero los arrestos son poco comunes y peor aún las sentencias a prisión.
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