Úrsula Silva dijo que cuando estaba en el restaurante acompañada por una amiga fue "tocada" por Esparza Santiago. Como ella se quejó, el diplomático la emprendió a puñetazos en el rostro, hecho corroborado por testigos.
La molestia creció cuando la Policía al llegar se negó a hacer la prueba de dopaje etílico y dejó libre al agresor, alegando que éste goza de inmunidad. Los testigos que estaban en el restaurante del distrito limeño de San Borja coincidieron en que la ebriedad del mexicano era notoria.
"Dos efectivos de serenazgo (la policía municipal), nos dijeron que arregláramos sacándole plata", relató Katherine Acosta, la amiga que acompañaba a Silva en el incidente.
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