En un editorial fustigó el doble discurso de aquel país y señaló que por un lado concede recursos económicos "recortados" para que México siga el combate contra el narcotráfico a costa de la vida de los soldados y policías mexicanos.
Por el otro, agregó la publicación, las autoridades estadunidenses nada hacen para controlar la venta de armas de fuego en la frontera de ambos países.
En su artículo "México no debe aceptar limosnas para combatir al narcotráfico", la Arquidiócesis advirtió que la solución del problema no es responsabilidad sólo de los mexicanos, pues la producción y el consumo de drogas están estrechamente relacionados, sostuvo.
Por eso calificó de injusto que los congresistas estadunidenses se refirieran a la violencia en México como si fuera un fenómeno independiente.
Esos legisladores advirtieron que en el país 150 mil personas están ligadas de forma directa al narcotráfico, y 300 mil más están involucradas en la siembra y la elaboración de las drogas.
Sin embargo "no dieron a conocer cuántos consumidores de drogas hay en su país, el principal mercado internacional de estupefacientes", señaló.
De los recursos destinados contra el narcotráfico, la Arquidiócesis reveló el abismal contraste entre los 100 mil millones de dólares que Estados Unidos destina a su seguridad interna, frente a la "pobre ayuda" a México para solucionar su principal problema social.
Consideró que los 150 millones de dólares "recortados" a los 450 millones de dólares estipulados en un principio para la Iniciativa Mérida, no deben entenderse como una consecuencia de la crisis financiera global.
Eso sería, añadió, la disminución del propio interés de Estados Unidos para acabar con el problema del narcotráfico internacional, cuyo principal mercado son ellos mismos.
Insistió que "frente a los cientos de muertos que en México ha venido dejando la heroica lucha contra el narcotráfico, a costa de la sangre de valientes mexicanos, el gobierno debería rechazar esa suma que bien podría interpretarse como una ofensiva limosna".
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